miércoles, 5 de diciembre de 2012

Decidir



Unas pocas cosas bien, mil quinientas mal.
Demasiadas complicaciones, gratificaciones fácilmente contabilizadas.

No es que no reconozca las cosas buenas, si lo hago… pero si se realiza un cálculo sencillo de sumar y restar el resultado sería un gran número negativo.


Por qué pensar que vale la pena arriesgar tiempo valioso en algo que  trae más perdidas, sufrimientos y lamentos que cosas positivas… actuar según los dictámenes de los sentimientos es algo que puede dar un resultado negativo… quien sabe, quizás mis sentimientos son de carácter antojadizo y ahora quieran algo que al final realmente no quieren.


Qué hay de malo en guiar las decisiones amorosas con la cabeza? Que si los sentimientos son como niños pequeños que no comen verduras, ni toman leche porque no saben bien pero que igual hay que obligarlos porque esto los alimenta?

Pensar fríamente y enamorarse con la cabeza debería ser el modus operanti del amor en general… amar, más que una cuestión de sentir maripositas y cosas raras opino que debe ser una decisión; decidir amar por encima de defectos y virtudes… decidir amar sopesando que el dar y recibir en la misma medida sea acorde con las expectativas de cada cual, decidir amar y asumir que al decidirlo se esta comprometiendo a hacer parte de tu vida a un extraño, que te proporcionara alegrias, tristezas, enojos, miedos, y mil cosas más… decidir amar estando consiente que parte de tu tiempo ya no es solo tuyo sino nuestro, decidir amar analizando si podrá existir un mañana juntos, decidir amar analizando si esa decisión es financieramente viable, decidir amar tomando en cuenta los puntos en común, los temas de conversación, las relaciones familiares, la higiene personal, el sexo, las amistades, los hábitos… Decidir, porque amar es más que sentir cositas lindas y mirarse a los ojos cogidos de la mano, amar es una cuestión de arriesgar tus días junto a alguien, de compartir tu vida con alguien, de comprometerte a dar y aceptar recibir.


BE